lunes, 15 de octubre de 2012

2 A.M

Se escucha el eco del chasquido de la piedra del mechero por toda la calle. El humo del cigarro ondea cual bandera, la única bandera por la que quizás podría sentirme representada.
¿Y si te digo que ni siquiera siento el sabor del tabaco? Que se que hace frío porque tengo los vellos de punta pero la piel no me pide abrigo. Totalmente insensible a ratos, y me sorprende que aun no sea permanente. Qué sabrán todos de mi, de mi manera de ser y esta madurez prematura, de la que no presumo porque me gustaría no tenerla. Echo de menos y de más cuando siento y no me lo callo, pero esta noche solo me escuchan millones de luces, este manto de estrellas que me hace sentir tan pequeña y la chusta de entre mis dedos a punto de consumirse.

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