A veces tan seria y arisca, sin dejarse llevar, le gusta ponernos las cosas difíciles y llamar la atención. Le gusta encerrarnos y maltratarnos dejarnos solos sin saber a quien pedirle ayuda.
Y otros días nos regala su mejor sonrisa, nos acaricia, nos hace sonreír y llorar de alegría.
ELLA ES ASÍ DE PUTA.
Pero somos tan idiotas como para perdonárselo todo, y dejarla volver siempre que quiera.
Porque aunque nos hace sufrir, sin ella no seriamos nada.
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